¿Hasta que punto hay libertad de expresión?

                                               Por: Paola Capetillo García Williams

Hoy en días todos gozamos supuestamente de la libertad de expresión. ¿Pero hasta que punto realmente podemos gozar de esta libertad? El autor Jorge Volpi redacto el articulo “La libertad y el humor” en el periódico el Reforma, en donde menciona los acontecimientos del día 7 de enero en contra de Charlie Hebdo, así como su propia postura sobre el acontecimiento. Ejemplo “Entendamos todas las posiciones y argumentos, pero a lo que sí se puede sacar sombrero es que ese equipo de periodistas y dibujantes había asumido hace muchos años  ya las consecuencias de su humor corrosivo”.

          Por otro lado existen manifestantes en contra de lo que hizo Charlie Hebdo, quienes protestaron de acuerdo al Universal, el día lunes después del acontecimiento en Jalalabad, capital de la provincia oriental de Nangarhar, exigiendo el cierre de la Embajada francesa en Kabul y que el gobierno se disculpe públicamente con los musulmanes.

        Lo mencionado anteriormente son dos posturas distintas y son un gran ejemplo para evaluar o analizar, ¿Qué tanto podemos gozar de nuestra “libertad” de expresión? Desde mi punto de vista la libertad de expresión es algo distinto para cada quien, no es algo que se pueda restringir o controlar, ya que las consecuencias de restringirla serian muy fuertes y grandes, porque es parte del pensamiento e ideología del ser humano, es algo muy común y practicado por todas las sociedades. Y al reprimirla estaríamos reprimiendo parte del pensamiento del ser humano.

         Estoy de acuerdo con el autor Jorge Volpi, para poder realmente dar un juicio de valor y tomar una postura primero hay que conocer todas las posiciones para que en base a tu cultura e ideología te identifiques con una. Cada quien es dueño o dueña de su libertad de expresión y la maneja como decidan. Las consecuencias están presentes en todos nuestros actos y hay que saber que hay gente que puede llegar a hacer lo inimaginable por no compartir el mismo punto de vista.